jueves, 8 de abril de 2010

Cómo leer y por qué, Harold Bloom


Hay manuales y manuales. Este libro no es un manual técnico y no es una enciclopedia de escritores/as, no, esto es una contradicción pura y dura, fruto de una mente inteligente sometida a la estructura establecida...

Por decirlo de otra manera, Cómo leer y por qué tiene partes sinceras, apasionadas e interesantes. Tiene algo de verdad reveladora, de esa que interiormente ya sabíamos, pero que nunca nos habían dicho, ni habíamos visto o leído. Aquí es donde viene la contradicción, ya que por otro lado está el problema, el motivo por el que este autor ha sido demonizado (tanto por este libro como por el anterior El canon occidental) por multitud de intelectuales, aunque no parezca muy de intelectual (ni útil) buscar una cabeza de turco en un sistema tan intrincado como el nuestro: está claro que nadie puede pretender decirnos por qué leemos, cómo leemos o qué tenemos que leer, no sin que se convierta en el punto de mira, al menos.
Pero no nos pongamos histéricos, dejemos hipótesis y controversias de autor y libro a un lado y centrémonos en lo importante. Este libro es útil, pero, ¿para quién y por qué?. Creo que puede ser un buen manual de introducción (que no de instrucción) a la literatura occidental.

Por un lado, para los lectores que estén de acuerdo con el canon, es obvio el motivo. Por otro, para los que piensen, como en DeMeNTeS LiTeRaRiaS, que tal medida no existe, es una lectura recomendable, tanto por la calidad indiscutible de la expresión de Bloom (especialmente en el prefacio y en el prólogo), como por el interés científico-sociológico que despierta en la mente curiosa el tener un ejemplo a mano de un "craneo privilegiado", afectado gravemente de una enfermedad muy común a lo largo de la historia llamada comodidad de pensamiento.

Por: Zeta Ibarzo.

1 comentario:

Anaïs E. (profesora) dijo...

Yo leí El canon occidental y me dio la misma sensación: es interesante, sí, pero es una introducción y además muy parcial. De hecho, se pueden resumir las 300 páginas en una palabra: SHAKESPEARE.

Me ha encantado esa descripción de Bloom como cráneo privilegiado afectado de comodidad de pensamiento. Creo que da en el clavo.

Enhorabuena por el blog. Un saludo.