[…arrastramos a Francia tras nuestros pies, nos persigue montada en cólera. Solo intentamos dotar de un nuevo sentido la naturaleza del hombre, lo que no sabíamos es que ya lo han hecho por ti y por mí allí arriba.
Hoy aquí, mañana no lo sé, pero si todos conocemos el final ¿para qué adquirir posesiones? Ellos tienen casas, yo tengo una maleta, dos botellas y una esperanza rota.
Hay toda una raza de locos aquí fuera, aún no hemos conquistado la ciudad. Callamos, vemos, callamos, oímos, callamos y así pasamos inadvertidos en la sociedad. Un coche ardiendo, no sabemos quién ha sido, los escaparates huelen a gasolina pero nadie sabe de que va la película, calles hechas trincheras con contenedores.
Nosotros, los locos, dirigimos la película.
Se organizó en silencio pero hicimos demasiado ruido alterando el orden público y vienen a que todo vuelva a la normalidad, quieren acabar con la rabia pero que el perro siga viviendo, que siga la anestesia general.
Conscientes de que cualquier noche una bala atravesará la ventana de alguno de nosotros, seguimos la revuelta. Noche tras noche volvemos a reunirnos en distintas zonas de París para retomar la guerra contra el estado que dejamos el día anterior…]
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